La Parroquia Virgen de Fátima – una de las 48 obras de Misión Jesuita-, en Santa María de Nieva, Amazonas, impulsa diversas iniciativas que buscan reforzar la formación de sus catequistas y promotores de la fe, llamados también “etsejin” (en idioma awajún) o “etserin” (en idioma wampis). De modo particular, tienen un proyecto para reforzar la formación y la acción pastoral de 40 etsejin para una iglesia interculturada e intercultural en la Amazonía Peruana.
Este proyecto evangelizador tiene como actor principal al ‘etsejin’, figura desconocida para muchos. Sin embargo, es uno de los pilares más fuertes del trabajo jesuita en las comunidades rurales de la provincia de Condorcanqui, en Amazonas.
La selva del Alto Marañón, atravesada por ríos y conformada por amplios bosques amazónicos, representa un espacio de gran biodiversidad, pero de difícil acceso. Con ríos y quebradas como principales vías de comunicación, cuenta con setenta y cinco mil habitantes, de los cuales el 90% pertenece a las tribus indígenas awajún [1]y wampis[2].
Estos grupos étnicos, con lengua y cultura propia, poseen una cosmovisión diversa y rica, pero, con el tratamiento incorrecto, pueden verse excluidos de la acción pastoral. Para hacerle frente a ello, se abre paso el etsejin, el agente comunicador, el nexo. Aquella figura que acorta las fronteras culturales.
Tras los últimos dos años de pandemia que dificultaron el acceso a las comunidades, la labor de los catequistas indígenas se está retomando. A través de su formación, visitas periódicas y la difusión del mensaje de Jesús, los etsejin brindarán un mejor y renovado acompañamiento espiritual y emocional a las familias afectadas por la COVID-19.
Más ampliamente, el proyecto busca desarrollar la pastoral y espiritualidad local, de la mano de 40 etsejin nativos, 60 comunidades nativas, 7 caseríos hispanohablantes, 10 catequistas hispanohablantes y 19 capillas. Se busca una formación espiritual e intercultural adecuada que haga posible auténticos etsejin.
En palabras del P. Carlos Quintana, SJ, Superior Jesuita de la zona: “La capacitación que se proyecta tanto para los etsejin y agentes de pastoral, las visitas misioneras a las comunidades y los talleres descentralizados son las estrategias para responder a la llamada del Sínodo de la Amazonía y a la propuesta de las PAUs[3] de la Compañía de Jesús.”
Por supuesto, potenciar el trabajo de los etsejin no solo permite crecer o transformar la vida espiritual de las tribus awajún y wampis, ya sea a través de una celebración de la fe en comunidad, intercultural, sino que está sentando las bases para una transformación real hacia una iglesia con rostro amazónico.