La Parroquia Nuestra Sra. de Fátima, en Santa María de Nieva (Región de Amazonas) – una de las 48 obras que conforman Misión Jesuita – impulsa un proyecto cuyo fin es fortalecer la participación de los jóvenes en su compromiso por el cuidado de la Casa Común y la revalorización de la cultura amazónica.
El norte de Amazonas, más conocido como el Alto Marañón es una zona de amplio bosque amazónico con una increíble biodiversidad, pero de difícil acceso. Atravesada por los ríos Cenepa, Marañón, Chiriaco, Nieva y Santiago, estos representan las principales vías de comunicación para sus 75 mil habitantes que, en un 90%, son integrantes de las tribus awajún¹ y wampis².
Además de manejar una economía de subsistencia, una lengua propia y una cultura rica en historia, estos pueblos se caracterizan por su compromiso con la defensa de sus territorios. Para ellos, es esencial velar por el bienestar de su biodiversidad y el correcto aprovechamiento de sus recursos. Sin embargo, más allá del espacio físico, dicho compromiso también contempla a sus habitantes, quienes a través del fortalecimiento de su identidad awajún o wampis son símbolos de una cultura viva.
Para contribuir a esta tarea, el proyecto que promueve la Parroquia Santa María de Nieva ha identificado en los jóvenes a los agentes de cambio ideales. A través de un trabajo coordinado con jóvenes de la zona, se espera reforzar la acción evangelizadora que realizan los jesuitas (presente desde el año 1949), habilitando espacios de formación integral y acompañamiento para sembrar en la juventud amazónica el deseo de incidir positivamente en su sociedad.
Se espera beneficiar a 100 jóvenes en toda la provincia de Condorcanqui. Además, como todo proyecto valioso, se espera una reacción en cadena que podría alcanzar a unas 1000 personas involucradas en actividades de proyección social y de incidencia juvenil.
REVALORIZACIÓN DE LA CULTURA AMAZÓNICA
Mediante la formación de comités y otros grupos organizados, el proyecto se propone desarrollar una Asamblea Amazónica Juvenil 2022, a partir de la aplicación de la Agenda Joven³, en donde se propondrán soluciones a diversas problemáticas socioambientales. Asimismo, la participación e involucramiento en el cuidado de la casa común y la revalorización de su cultura.
Al respecto, el P. Carlos Quintana SJ, Vicario del Obispo, comenta: “Se implementarán espacios de diálogo y de propuesta organizados por los jóvenes para los mismos jóvenes de su localidad. Además de formación para su desarrollo personal y su compromiso social. Con estos jóvenes organizados y formados se incentiva la proyección a responder a las problemáticas y desafíos de su localidad.”
La importancia de iniciativas como estas radica en la comprensión de la interculturalidad como base del trabajo colaborativo entre agentes evangelizadores y miembros de la comunidad, dotando a los jóvenes de herramientas de liderazgo, fortaleciendo su identidad cultural y promoviendo su interés por el medio ambiente y el desarrollo sostenible, en búsqueda de un futuro más esperanzador.